Es una creencia común entre los
que apoyan el matrimonio homosexual que el Estado tiene la capacidad de definir
qué es y qué no es un matrimonio. Sin embargo, aquel poder está fuera de los
límites del Estado. Asimismo, el Estado debería mantener la definición
verdadera de matrimonio. Esas dos ideas serán las que desarrollaré a lo largo
de esta última entrada sobre el matrimonio.
Un Estado abusivo es aquel que
sobrepasa sus límites. Estos límites son claros, pero a muchos les gustaría
expandirlos. Los que apoyan el matrimonio homosexual pertenecen a este grupo de
gente. Si el Estado define el matrimonio de manera equivocada, no sólo promueve
un garrafal error, sino que ataca la realidad. Con esto quiero decir que un
Estado que apoya el matrimonio homosexual está intentando alterar la realidad.
Aquello tiene consecuencias, aunque muchos lo nieguen.
Si el matrimonio no es entendido
correctamente, este se debilitará. Entonces, los matrimonios no durarán para
siempre o serán modificados a placer de los participantes. Asimismo, estos
serán más escasos, puesto que la gente, al ver el fracaso de los matrimonio, no
deseará casarse más. Es por eso que los países en donde se ven las
consecuencias de no entender el matrimonio (altas tasas de divorcio, aborto,
inicio temprano de la vida sexual) son los más propensos a apoyar el matrimonio
homosexual.
En conclusión, un
Estado que apoya el matrimonio homosexual es abusivo porque este está intentando
modificar la realidad cuando no tiene el poder de hacerlo. Además, un Estado
que apoya el matrimonio homosexual debilita el matrimonio, lo que se muestra en
altas tasas de males relacionados con el matrimonio. Por ello, el Estado
debería mantener y cuidar la definición correcta de matrimonio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario